El médico realiza uno o dos cortes pequeños en
el escroto para acceder a uno de los
conductos deferentes. Luego,
corta y retira una pequeña sección de este conducto. El
urólogo puede
cauterizar (sellar con calor) las puntas y luego atarlas con algunas puntadas.
A continuación, el médico realizará el mismo procedimiento en el otro testículo,
ya sea a través de la misma abertura o de una segunda
incisión en el
escroto. Una vez cortado el
conducto deferente de los dos
testículos, el médico le dará algunas puntadas o utilizará un
"pegamento" para piel para cerrar la(s) abertura(s) en el escroto.